viernes, 25 de noviembre de 2011

I'll be there for you...

Queridos lectores, os juro que esto no estaba planeado. Es lo que tiene pedir un favor a una amiga y como ustedes saben, los amigos son una caja de sorpresas y más si son amigos de verdad, de esos que cuentas con los dedos de una mano, de los que te cogen el teléfono siempre, de los que lloran contigo y de los que cuando toca reírse se ríen contigo como el que más.
Bueno, pues así es María Ruiz una de las personas con las que más me he reído y en las que más me he apoyado. A ella la pedí una colaboración para mi blog, sin ninguna censura. Colaboración a la que ella respondió con esta Oda a nuestra amistad:

Vic, mi amigo y creador de este blog me pidió que escribiera algo para él. En plan colaboración. ¿Y yo qué hice? Pues decir que sí. ¡Cómo iba a decirle yo que no a mi Víctor! Aunque no tuviera ni idea de qué escribir. Así que he estado pensando, pensando, pensando... y como no se me ocurría ningún tema extremadamente increíble, he decidido escribir sobre por qué es mi amigo.
Veamos…
Víctor. 18 años. Estudiante de Periodismo. Extrovertido. Aficionado a los programas del corazón y a la moda. Rey de la noche. 
María. Casi 24 años. Logopeda y estudiante de Educación de Sordos. Asocial. Aficionada a los videojuegos, las historias de fantasía épica y la música que nadie entiende.
Sí, aunque no lo creáis, somos amigos. ¿Por qué? Pues... creo que no lo sabemos ni nosotros. Pero si me pongo a pensarlo se me ocurren algunas pocas ideas:
-       Nos hicimos amigos porque éramos dos extraños en un mundo de locos. A lo mejor nuestras extrañeces no eran las mismas, pero… la unión hace la fuerza. Y era unirse o hundirse.
-       Nos hicimos amigos porque siempre había algo que contar en el rincón de nuestra cafetería. Y porque compartir ese café antes de ir a trabajar o a estudiar era el mejor momento del día.
-       Nos hicimos amigos porque debajo de todas esas diferencias aparentes, encontramos ídolos comunes, y aficiones compatibles.
-       Nos hicimos amigos porque nos dimos cuenta de que podíamos complementar perfectamente las libertades de ser más mayor con las locuras de ser más joven.
-       Nos hicimos amigos porque empezamos a compartir sueños. 
Y precisamente el compartir sueños es lo que nos hace seguir siéndolo. Ver el futuro y saber que el otro está allí. Es más, no poder concebirlo sin que el otro esté allí. Aunque en realidad más que ver el futuro lo que hacemos es ir construyéndolo poco a poco. A veces incluso demasiado pronto.
Así que, contra todo pronóstico, dos personas tan distintas pueden hacerse compañeros de camino, confidentes, aliados incondicionales… amigos.
Vic, amigo… nos vemos en el próximo balcón.


Gracias María, ahora solo me queda decirte lo que tu ya sabes... I'LL BE THERE FOR YOU

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